domingo, 7 de diciembre de 2014

Baklava de almendras


Este mes Mara del blog Mas dulce que salado propuso para el reto "Qué rico mamá" hacer un postre navideño de otros países. La propuesta me encanto pero luego pensándolo mucho no encontraba inspiración. La verdad es que no lo tenía nada claro así que como en otras ocasiones decidí hacer lo primero que se me había pasado por la cabeza nada más leer la propuesta. En mi país natal si hay un dulce muy típico de la noche buena, se llama Tikvenik y es muy parecido a los Dulces de calabaza. Esto sí, es un postre que a mí personalmente no me gusta. Que es lo que nos pasa en estas fechas? Recordamos a la familia, a los momentos que hemos pasado reunidos y volvemos en la infancia donde todo estaba lleno de ilusión. Es así como recordé que mi abuela cada Navidad preparaba una bandeja enooorme de Baklava con masa filo casera y que una vez echa se dejaba reposar al menos una semana antes de comerla y esta semana con este olor era la mayor tortura para los niños. He pasado muy pocas Navidades con mis abuelos paternos pero esta Baklava es inolvidable y hace tanto que no me como nada echo por las hábiles manos de mi abuela que en esta ocasión le quiero brindar un pequeño homenaje de la distancia ya que acaba de pasar un difícil momento familiar y no creo que este año se remangue para hacer nada en casa. Pues bien, mi entrada de hoy va para todas estas abuelas que hacen que los niños digan - Que rico yaya!



Ingredientes:
  • 500g de pasta filo (ojala algún día sepa hacerla tan perfecta como mi abuela, mientras la tenéis en los grandes supermercados ;) )
  • 400g de almendra tostada y troceada (se usan nueces crudas en la mayor parte de recetas pero este detalle es otro punto personal que quería incorporar)
  • 200g de mantequilla
  • Almíbar simple - 500g de azúcar + 500ml de agua
  • Una rama de canela
  • La piel de medio limón

Abrimos las hojas de la masa filo y engrasamos el molde deseado - en mi caso ha sido una bandeja rectangular para seguir la forma de las láminas. Deshacemos la mantequilla y troceamos las almendras tostadas con la ayuda de una picadora. Hacemos el almíbar simple poniendo a hervir el agua con el azúcar, la canela y la piel del limón. Cuando rompa a hervir dejamos unos 5 min y apagamos el fuego. Para montar el pastel colocamos dos láminas de pasta filo, rociamos con mantequilla y espolvoreamos almendras generosamente. Volvemos a tapar con otras dos láminas y repetimos el mismo proceso hasta acabar con los frutos secos, la mantequilla y dejando como última capa superior las láminas de masa filo. Cortamos con un cuchillo bien afilado bien en pequeños cuadrados, rectángulos o como en mi caso - triángulos. Horneamos a 180 hasta que la Baklava este dorada y sacamos del horno. Aún caliente cubrimos con el almíbar y dejamos que se enfríe. Una vez fría guardamos en la nevera por un mínimo de tres o cuatro días aunque cuantos más días pasen más rica estará. Pronto os dejare receta de la auténtica Baklava pero mientras os animo a probar esta delicia que no suele dejar indiferente a nadie. Mientras os invito que visitéis las propuestas de mis compañeras para armaros de ideas Navideñas que pasan las fronteras españolas - aquí.

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