Hoy os traigo un pato de pescado. Una receta que en casa gusta mucho y que recomiendo por su sabor ya que suele gustar tanto a los mayores como a los niños. El alioli sin huevo es mas suave y este encima no lleva el ajo en crudo lo que aporta aun mas suavidad.
Ingredientes:
· filetes de bacalao desalado
· dos dientes de ajo por ración
· aceite de girasol
· leche
Para empezar doramos los ajos cortados en laminas. Apartamos y en el mismo aceite ponemos los filetes de bacalao a freír a fuego muuuy lento (en mi caso 5 en la vitro). Más que freír los dejamos hervir en el aceite sin dejar de dar movimientos circulares a la sartén para que el bacalao suelte toda su gelatina. Esto sería más o menos como el inicio de un bacalao al pilpil pero sin dejar que la salsa espese por completo. Veréis que en el aceite empiezan a salir una burbujitas como de agua y es cuando podemos apagar el fuego y dejar enfriar el aceite.
Colocamos los filetes en una bandeja por la parte de la piel y encendemos el horno a unos 200º en la opción de gratinar. Mientras hacemos el alioli de leche.
En un vaso batidor ponemos los ajos dorados con un poco de sal y un poco de leche (como una tacita de café más o menos). Batimos unos segundos y empezamos a añadir el aceite en el que hemos hecho el pescado, así conservaríamos la propia gelatina del bacalao. Veréis que en nada empieza a cuajar y queda como una mayonesa bien espesita. Yo no lo dejo demasiado espeso porque me gusta que quede algo mas cremoso. De todas formas con la calor pierde algo de consistencia. Cubrimos el pescado y gratinamos hasta que la sala empiece a dorar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario